jueves, 31 de julio de 2014


DANZA DE QUETZALES.

ORIGENES.

Por lo que se refiere a la Danza de los Quetzales hay varias hipótesis respecto a su origen.
A falta de otros datos, puede suponerse que la Danza de los Quetzales es de origen prehispánico, que con el paso del tiempo ha evolucionado, en un principio fue modificada por los evangelizadores, quienes afirmaban que tenían que ser adaptadas para que se pudieran seguir bailando en honor de los santos católicos. Con la aparición de la industria en zonas cercanas o conectadas con el totonacapan se fueron adaptando y adoptando materiales modernos a la indumentaria de los danzantes, como el terciopelo, el satín, el fleco de articela, el estambre, el caucho de llantas para la fabricación de huaraches, etc. Esta inevitable evolución convierte a la danza de quetzales en una danza mestiza de origen prehispánico.

Según los comentarios del músico y maestro de la danza de quetzales, señor Mariano Heredia Soledad y de las observaciones que hemos hecho, la danza de quetzales no sólo surge de la imitación del aspecto físico del quetzal, también surge de la imitación de su comportamiento.






DESCRIPCIÓN DEL ATUENDO DEL EJECUTANTE DE LA DANZA DE QUETZALES

LA CORONA

La parte significativa y espectacular de la indumentaria es el penacho o corona circular, colocada sobre la cabeza: “ CUACATL IILPIVTOC”.

Está elaborado sobre una base cónica hecha con bejuco llamado “cuamecatl”; en la cúspide tiene el corazón en forma circular, en medio del cual se abre una ranura, realizada solo con el apoyo de una navaja o cuchillo, aquí se insertan las delgadas varas de tarro, una especie de carrizo o bambú que se corta a lo largo por la mitad y cada nueva porción se seguirá cortando hasta obtener unas delgadas varas de 60 ó 65 centímetros de largo, en número de 100 a 130 por cada corona. Después se entretejen con tiras de papel metálico de aproximadamente un centímetro de ancho, dándole la forma circular, partiendo del centro hacia el exterior, cada 5 ó 7 tiras del mismo color hacen una de las 7 franjas de distinto color que integran este fascinante tocado; este cabalístico número ha hecho pensar a los investigadores que la corona tiene relación con el sol, es decir, que por su forma circular se le ha relacionado con este astro rey y suponen que los siete colores que la adornan representan a los colores en los que se descompone la luz del sol; pero, aunque los colores y la forma de este fascinante tocado coinciden, no deja de ser una teoría, pudiendo ser más aceptable la opinión de don Mariano “es como el copete del pájaro quetzal”. Para darle fuerza y firmeza a este tocado , después de las 7 franjas de colores, se corre un hilo de cáñamo de lado a lado del tejido dejando colgar las puntas para amarrarlas al final y provocar tensión; el siguiente paso, después de dejar libres unos 5 centímetros, es forrar las varas que quedaron descubiertas, estas estarán de color rojo por un lado de la corona y de color verde por el lado contrario y reciben el nombre de paradas o paraditas, el largo de las paradas será delimitado por una franja de papel de china blanco de aproximadamente 3 centímetros de ancho que se pegará por un extremo en la primera varita y se unirá a cada una de las que integran la corona hasta llegar al otro extremo, este procedimiento se realiza por ambos lados. Sobre el papel de china se pegaran las plumas de pollo, las mas blancas, y de la misma forma el papel y las plumas se pegaran en el espacio libre que quedó entre las franjas circulares y las paradas; las puntas de las tiras de papel se doblan dándole vuelta en la última vara y se pega con cera de campeche, por último se procede a forrar el cono con tela de satín o terciopelo en color rojo.

Para sujetar la corona a la cabeza se le colocan a los lados unas “gasas” hechas con hilo de cáñamo (a las que les llaman aretes) estas servirán para introducirles una venda, se coloca a manera de columpio bajo la barba y se anuda en la nuca.


CAPA Y CONTRACAPA

Sobre la ropa de uso diario (calzón y camisa de manta, aunque actualmente ya es muy común el pantalón de corte comercial) se coloca el resto de la indumentaria: sobre el hombro derecho un triángulo de tela en color azul, amarillo o verde, la base del triángulo corre del hombro derecho hacia abajo del brazo en el costado izquierdo y se anuda, a esta prenda se le denomina contracapa; con el nombre de capa se le conoce al triángulo de tela en color rojo que es de mayor tamaño que la contracapa y que a la altura de la cintura del danzante se remata con flecos de estambre en distintos colores, la capa se coloca sobre el hombro izquierdo y se sujeta bajo el brazo en el costado derecho.

Los colores contrastantes de las prendas arriba mencionadas, se deben a la imitación del colorido de las plumas del quetzal, pues su color tornasolado nos mostraba diferentes matices y colores.

LA PANTALONERA

Sobre el calzón, se coloca la pantalonera, hecha en color rojo, de la misma tela de la capa y del forro del cono de la corona o penacho, no es una prenda muy larga y permite se observe el calzón; la pantalonera se adorna con listones de colores colocados en forma horizontal al rededor de la pierna y se agregan dos o tres líneas de fleco de articela; estos adornos representan la textura de la piel de las patas de los quetzales.


LOS HUARACHES

El calzado de los danzantes es el huarache de uso diario en la región, el llamado huarache de “pata de gallo”, consta de una suela de caucho de llanta que tiene la forma “ruda” de la planta del pie. Al frente se le hacen dos perforaciones y atrás una a cada lado, con una correa de cuero vacuno se amarra este huarache, se coloca en el pie y la correa se sujeta al rededor del tobillo para terminar haciendo un sencillo nudo al frente del pie sobre el empeine.


EL MANDIL

La última prenda que describiremos es el mandil “MOCHICHILTILMA MOCALZON”, es un rectángulo de la misma tela de la capa y de la pantalonera que se adorna con los mismos motivos de ésta y el mandil, este se coloca al frente a la altura de la cintura y se anuda por la espalda.

La capa, la contracapa y el mandil, son prendas que nos recuerdan a las antiguas formas prehispánicas de vestir, las capas son similares a las Tilmas y el mandil es similar al Maxtlatl.

El atuendo del danzante se complementa con un elemento que representa a la larga cola del quetzal, son unas mascadas de colores que se anudan en la orqueta de la sonaja doble, esta sonaja se sujeta y se sacude con la mano derecha al ritmo de la música de la danza.
La sonaja “AYACACH”, se elabora con dos calabazos que se hierven, se les extrae la semilla y se dejan secar, una vez secas se les introducen nuevamente las semillas y se colocan en la horqueta.


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